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BOC Nº 161. Viernes 10 de Agosto de 2007 - 1427

III. OTRAS RESOLUCIONES - Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes

1427 - DECRETO 299/2007, de 31 de julio, por el que se declara Bien de Interés Cultural, con categoría de Conjunto Histórico "El Antiguo Santa Cruz", situado en el término municipal de Santa Cruz de Tenerife, isla de Tenerife.

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Visto el expediente instruido por el Cabildo Insular de Tenerife para la declaración de Bien de Interés Cultural, con categoría de Conjunto Histórico, a favor de El Antiguo Santa Cruz, situado en el término municipal de Santa Cruz de Tenerife y teniendo en cuenta los siguientes

ANTECEDENTES DE HECHO

I. Mediante Resolución del Consejero de Cultura, Patrimonio Histórico y Museos del Cabildo Insular de Tenerife de fecha 5 de abril de 2005, se incoa expediente para la declaración de Bien de Interés Cultural, con categoría de Conjunto Histórico, a favor del "Antiguo Santa Cruz", situado en el término municipal de Santa Cruz de Tenerife, sometiendo el mismo a información pública, por el plazo legalmente establecido.

II. Consta la apertura del trámite de audiencia a los interesados, habiendo sido presentadas alegaciones las cuales fueron desestimadas.

III. Recabados los preceptivos dictámenes a la Universidad de La Laguna y al Organismo Autónomo de Museos y Centros, consta el informe favorable emitido por este último organismo.

IV. Por Resolución del Consejero de Cultura, Patrimonio Histórico, Museos y Deportes del Cabildo Insular de Tenerife, de 31 de mayo de 2006, se resuelve elevar este expediente al Gobierno de Canarias para su declaración como Bien de Interés Cultural, y en sesión celebrada el 14 de diciembre de 2006 el Consejo de Patrimonio Histórico de Canarias emite informe favorable para la declaración como Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico a favor de "El Antiguo Santa Cruz" situado en el término municipal de Santa Cruz de Tenerife, isla de Tenerife.

V. Consta el informe favorable emitido por la Comisión Mixta Comunidad Autónoma de Canarias-Iglesia Católica de 25 de enero de 2007.

VI. Del escrito de fecha 25 de junio de 2007 se desprende la denuncia de mora formulada por la Gerencia Municipal de Urbanismo del Ayuntamiento de Santa Cruz. Por lo que de acuerdo con el artículo 21.2 de la Ley 4/1999, de 15 de marzo, de Patrimonio Histórico de Canarias se produciría la caducidad del expediente el 25 de agosto de 2007.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

I. La tramitación de dicho expediente se ha llevado a efecto según lo determinado en la Ley 4/1999, de 15 de marzo, de Patrimonio Histórico de Canarias.

II. El artículo 18.1.b) de la anteriormente citada Ley 4/1999, de 15 de marzo, define la categoría de Conjunto Histórico como "agrupación de bienes inmuebles que forman una unidad de asentamiento de carácter urbano o rural, continua o dispersa, o núcleo individualizado de inmuebles condicionados por una estructura física representativa de la evolución de una comunidad humana por ser testimonio de su cultura o constituir un valor de uso y disfrute para la colectividad".

III. El artículo 22.1 de la mencionada Ley 4/1999, de 15 de marzo, establece que la declaración de Bien de Interés Cultural se realizará mediante Decreto del Gobierno de Canarias, a propuesta de la Administración actuante y previo informe favorable del Consejo Canario de Patrimonio Histórico, trámites todos ellos que se han cumplido y que constan en el expediente administrativo.

En su virtud, a propuesta de la Consejera de Educación, Universidades, Cultura y Deportes, visto el informe del Consejo de Patrimonio Histórico de Canarias, y tras la deliberación del Gobierno en su reunión del día 31 de julio de 2007,

D I S P O N G O:

Declarar Bien de Interés Cultural, con categoría de Conjunto Histórico, "El Antiguo Santa Cruz" situado en el término municipal de Santa Cruz de Tenerife, isla de Tenerife, según la descripción y ubicación en plano que se contienen en los anexos I y II de este Decreto.

Contra el presente acto, que pone fin a la vía administrativa, cabe interponer recurso potestativo de reposición ante el Gobierno, en el plazo de un mes a contar desde el día siguiente al de su notificación o publicación, o directamente recurso contencioso-administrativo ante la Sala competente de lo Contencioso-Administrativo, del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, en el plazo de dos meses a contar desde el día siguiente al de su notificación o publicación; significando que, en el caso de presentar recurso de reposición, no se podrá interponer recurso contencioso-administrativo hasta que se resuelva expresamente el recurso de reposición o se produzca la desestimación presunta del mismo, y todo ello sin perjuicio de cualquier otro que pudiera interponerse.

Dado en Las Palmas de Gran Canaria, a 31 de julio de 2007.

EL PRESIDENTE

DEL GOBIERNO,

Paulino Rivero Baute.

LA CONSEJERA DE EDUCACIÓN,

UNIVERSIDADES, CULTURA Y DEPORTES,

Milagros Luis Brito.

A N E X O I

DESCRIPCIÓN.

El ámbito conocido como antiguo Santa Cruz se configura como un espacio de forma groseramente cuadrangular, bien delimitado por hitos físicos y urbanos: al norte, la calle del Castillo y la Plaza de la Candelaria; al sur, el Barranco de Santos (con un apéndice en la margen opuesta, representado por el antiguo Hospital Civil); al oeste, la calle del Norte (hoy Valentín Sanz); y al este, la Avenida Bravo Murillo y la calle Candelaria. Su trama muestra una cierta tendencia a la regularidad y la ortogonalidad, en especial en el sector más moderno (en términos relativos), como es el comprendido entre la calle Imeldo Serís (antiguo barranquillo del Aceite) y la calle del Castillo, cuyas vías conservan el trazado y anchura originales. En el entorno de la Iglesia de la Concepción y su plaza la trama es algo más irregular, como también a lo largo de los ejes de las calles de Santo Domingo, Domínguez Alfonso y sus transversales, mostrando esguinces y trazados oblicuos.

Al norte de la calle Imeldo Serís predominan las tipologías caracterizadas por su gran volumen, de 2 o más alturas y gran amplitud en planta, con lenguajes de finales del XIX y principios del XX (eclecticismo, algunos racionalistas), junto con otros de factura clasicista de etapas anteriores e, incluso, con notables ejemplos de arquitectura tradicional.

Esta última, con cronologías de finales del XVIII y principios del XIX, ofrece sus mejores ejemplos en la calle del Castillo, el Sol, Nicolás Estévanez o El Clavel, o las dos magníficas representaciones de la calle Candelaria (aunque alterados en su interior). Poseen 2 ó 3 plantas con cubierta plana y remate de fachada mediante cornisa y parapeto macizo (en algunos casos, con gárgolas). Los huecos presentan carpinterías de cojinetes, cuarterones y ventanas de guillotina. En algunos casos se emplea la cantería en las esquinas y en el recercado de huecos (Casa Calleja, calle San Pedro Alcántara). Otras muestran balcones lígneos cubiertos y de morfología tradicional, apeado sobre canes (Casa Serra, calle del Castillo), llegando a aparecer elementos más tardíos, como balcones-mirador de hierro y cristal (Casa Ruiz Arteaga, calle del Castillo). La evolución hacia el clasicismo se manifiesta en la composición equilibrada de vanos y la ausencia de ornamentación de algunos inmuebles.

Son frecuentes los edificios de dos plantas en estilo ecléctico, datados en el tránsito del siglo XIX al XX, con puertas-ventanas en planta alta, rematadas por arcos adintelados o escarzanos, con balcones de rejería (sobre ménsulas, en ocasiones) y remate de fachada mediante cornisa y parapeto ciego o abalaustrado. Los huecos se distribuyen simétricamente. La mayoría de estos tipos se localizan en la calle del Sol, Cruz Verde, Castillo, Nicolás Estévanez, San Pedro Alcántara, La Palma. Algunos de estos inmuebles (nº 1 de la calle del Castillo, o la Casa de las Tres Muñecas, de A. Pintor, o la Casa de Asensio Ayala) elevan su altura hasta las 3 y 4 plantas. En otros casos (como la Casa Ruiz, de A. Pintor), muestran elementos de cierta originalidad, como esquinas curvas, puertas enmarcadas por pilastras con capiteles y arcos de medio punto, ventanas tripartitas rematadas por arcos rebajados, etc.

Notables son algunos ejemplos, como el edificio ecléctico diseñado por M. de Cámara (1901) para su madre en la calle del Sol, donde ofrece la producción decorativa más pletórica de su producción privada, con soles radiantes, acróteras y balcón de rejería sobre ménsulas; o la Casa Agustín Corbellá, con fina ornamentación en los vanos superiores y balcones de rejería de forma bulbosa (extendidos en otros inmuebles) o los de M. Estanga en la calle Imeldo Serís.

Por último, se encuentran algunos ejemplos de arquitectura racionalista, como el Edificio Palazón (M. Fernández de la Torre, 1930; esquina Valentín Sanz-Imeldo Serís, de J. Blasco, 1935). En el sector de la Plaza de la Candelaria el proceso de sustitución arquitectónica ha sido muy importante y hoy sólo se conservan (en el ámbito delimitado) la Casa Simón, en lenguaje historicista y resabios islámicos, obra de A. Pintor (1930); así como el edificio del Círculo Mercantil, de Marrero Regalado (1932), en estilo ecléctico, con alguna concesión a los influjos modernistas.

El sector meridional, al sur de la calle Imeldo Serís, se articula en torno a dos nódulos organizativos: la Iglesia de la Concepción y el antiguo convento dominico, cuyo solar lo ocupan hoy el Teatro Guimerá, el antiguo mercado municipal y la Plaza Isla de la Madera. La iglesia se configura como un templo de cinco naves, cuyas dimensiones actuales alcanza en la primera mitad del siglo XVIII tras sucesivas ampliaciones de su fábrica primitiva, con una cronología que se remonta al tránsito del siglo XV al XVI.

La imagen definitiva de la iglesia es resultado de la construcción de las naves del Evangelio y de la Epístola en las décadas centrales del siglo XVII, separadas por columnas toscanas de fustes cilíndricos sobrepuestos por arcos de medio punto; así como de las respectivas laterales una centuria más tarde -en realidad constituyen capillas conectadas mediante arcos de medio punto-, finalizándose con la ampliación de la capilla mayor y la edificación de una nueva sacristía y de la capilla de Matías Rodríguez Carta, concluida en 1740. La actual capilla mayor es la tercera con que contó la iglesia, fruto de su ampliación en 1724 a partir de unas casas que existían por detrás de la parroquia, existiendo capillas adosadas a ella. En su techumbre intervino Bartolomé Álvarez Ferrer. Tiene mayor elevación que el resto del templo y su artesonado es de gran interés.

Adosado al templo, la casa parroquial es una construcción de los primeros años del XX, mientras que la plaza de la iglesia no es propiamente tal, recibiendo por ello el nombre histórico de "Calle Grande", para recalcar su anchura. Fue el primer espacio público de la ciudad y en sus jardines se localiza la cruz de mármol de la Plaza de la Candelaria, donación del capitán Bartolomé Montañés en 1759. En ella residieron algunas de las principales familias de la burguesía comercial, conservándose como vestigio de esas mansiones la de Matías Rodríguez Carta, de la segunda mitad del XVIII, de tres pisos con balcón corrido de madera en la tercera planta. Las siguientes muestran una composición simétrica en fachada con puertas-ventanas y balcones de rejería. Las restantes edificaciones de la plaza han sido reformadas a principios del XX en estilo ecléctico, así como las que ocupan su trasera, con fachada hacia Imeldo Serís.

En este sector son frecuentes los ejemplos de arquitectura tradicional del siglo XVIII, de una y dos alturas, constituyendo la tipología característica, a pesar de las intervenciones posteriores. Sobresale el caso de la Casa del Campo, frente a la fachada de la iglesia, y reformada siguiendo los criterios elementales del gusto clásico (huecos alargados y dispuestos simétricamente). Más destacada es la Casa Miranda (calle Imeldo Serís), de mediados del siglo XVIII, con balcón lígneo descubierto y gran alero de madera, de proporciones desconocidas en Santa Cruz. En el interior, una de las salas ofrece una decoración neomudéjar, fruto de las sucesivas reformas que ha sufrido el inmueble. En este tipo de inmuebles, organizados en torno a patios interiores y con cubiertas de tejas, son notables las carpinterías de cojinetes y cuarterones en huecos. La calle Candelaria ofrece una sucesión de inmuebles datables desde finales del siglo XVIII y el XIX, algunos de los cuales muestran destacadas carpinterías de huecos (antepechos y ventanas de cojinetes), otros, fachadas asimétricas (esquina Candelaria, Imeldo Serís); junto a otros posteriores de corte clasicista, con remate de fachada mediante cornisa y parapeto macizo. La calle Cruz Verde muestra unas tipologías similares, en algunos casos con entresuelo.

Otra tipología documentada en la zona es la casa terrera, en algún caso remontable al siglo XVIII, aunque en su mayoría correspondiente a un tipo de hábitat más popular, que se mantiene en el XIX y parte del XX en los sectores más humildes, como los ubicados a la vera del Barranco de Santos o en la antigua calle de las Norias (hoy Domínguez Alfonso). Entre ellos son notables los alineados en ambas márgenes del primer tramo de la calle Candelaria, así como intercalados con otros de dos plantas en la calle Domínguez Alfonso. Muestran un esquema de fachada muy sencillo, combinando una puerta y dos ventanas alternándose de distintas formas. Se alternan, igualmente, cubiertas de teja de 1, 3 ó 4 faldones, así como de azotea.

La calle Santo Domingo muestra un amplio repertorio de tipologías, entre ellas las de signo clasicista, de dos plantas y fachada equilibrada, con huecos de dos hojas; y otros eclécticos de 2 ó 3 plantas de comienzos del XX. En el extremo occidental de la calle, la amplia Plaza de la Madera sirve de antesala de dos edificios emblemáticos de la ciudad: el antiguo mercado y el Teatro Guimerá, bajo diseño de Oraá. El primero, de planta rectangular con patio central y cubierta a dos aguas en un volumen de mayor altura, posee cuatro fachadas simétricas, orientándose la principal a la plaza y en la que se abre la puerta principal, con marco de cantería, remate de cornisa y coronación mediante un plinto macizo. Los paramentos muestran una ordenación simétrica, mediante zócalo pétreo y puertas y ventanas de arcos rebajados alineados verticalmente dos a dos.

El teatro muestra una fachada articulada en dos cuerpos, ordenada simétricamente y basamento. El cuerpo inferior en cantería consta de siete vanos y el superior con otras tantas puertas-ventanas alineadas según ejes verticales y balcones de hierro fundido en esta segunda planta. Los vanos se rematan mediante cartelas con motivos decorativos alusivos a las artes escénicas y una coronación a modo de plinto de piedra con inscripción y sobre éste el escudo de piedra de la ciudad. El conjunto de la fachada aparece modulado verticalmente por pilastras. La cubierta a dos aguas de la caja escénica se inscribe en la planta de cubierta plana.

El edificio está totalmente exento y su enclave, junto al mercado, precedido por la plaza de la Isla de la Madera, supuso el primer eslabón de las intervenciones que se operaron en el tejido urbano de la ciudad decimonónica.

Por último, en la margen opuesta del Barranco de Santos, el antiguo Hospital Civil (hoy Museo de la Naturaleza y el Hombre), u Hospital de los Desamparados, fue fundado en 1745 por los hermanos Logman en unos terrenos del Marqués de Adeje situados en la margen derecha del barranco. M. de Oraá elabora en 1863 los planos de ampliación y reforma, que se ejecutaron lentamente a lo largo de la década de los 70 y 80. El incendio de 1888 arruina gran parte de la fábrica, en especial la crujía central y el ala sur. Los trabajos de reconstrucción se inician gracias a diversas ayudas privadas y públicas, dirigidos por M. de Cámara. En los primeros años del siglo XX, la necesidad de ampliación se plasma en el proyecto de Antonio Pintor (1919), que proyecta cinco nuevos pabellones, de los que sólo se construyen tres. Marrero Regalado interviene en la década de los 40 en obras de carácter secundario de reforma o acondicionamiento interior. La última ampliación es de Tomás Machado, que en los años 50 proyecta y levanta una nueva planta sobre la ampliación de Pintor.

DELIMITACIÓN.

El ámbito propuesto coincide, aproximadamente, con lo que fue el núcleo fundacional del antiguo puerto de La Laguna, cuyo desarrollo urbano se inicia a raíz de su conversión en el único puerto canario de contacto con las colonias ultramarinas en 1718 y del traslado al mismo de la sede de la Comandancia General en 1723. Su trama urbana de estrechas calles e inmuebles de variado repertorio arquitectónico y cronología (del XVIII al XX) configuran el único ámbito de la ciudad en el que se conservan testimonios del proceso de evolución urbana y arquitectónica desde el Antiguo Régimen hasta la actualidad.

La delimitación es la siguiente:

El punto origen se localiza en la intersección del eje de la calle San Sebastián con la margen norte-oeste de la Avenida Bravo Murillo, por la que avanza hasta conectar con el eje de la calle Imeldo Serís, continuando por él, para desviarse siguiendo el eje de la calle Candelaria hasta alcanzar la margen sur de la calle Castillo. Prosigue por ésta hasta intersectar el eje de la calle Valentín Sanz, desciende por el de la calle Imeldo Serís y se desvía por el eje de la calle Marcos Redondo hasta alcanzar el eje de la calle Miraflores, por el que retorna al eje de la calle Valentín Sanz, continuando hasta conectar con la margen sur de la calle Afilarmónica Nifú Nifá. Prosigue por ella hasta intersectar la prolongación de la fachada N.O. del Museo de la Naturaleza y el Hombre, a la que se ajusta, prolongándose hasta el eje de la calle San Sebastián, cerrándose el perímetro protegido.

JUSTIFICACIÓN DE LA DELIMITACIÓN.

La delimitación se justifica por englobar el espacio fundacional de Santa Cruz, que nace como grupo de casas sencillas de hombres del mar, junto al Barranco de Santos al O. y protegido al E. por la pequeña fortaleza de San Cristóbal, "el castillo" que luego daría nombre a la calle principal (hoy sustituida por la Plaza de España). No obstante, el verdadero núcleo surge entre la calle de las Norias y el Convento franciscano de San Pedro Alcántara, con calles paralelas (la más importante la del Castillo), cortadas por vías transversales: calle de la Caleta, las Lonjas (Candelaria), las Tiendas (Cruz Verde) o Botón de Rosa (N. Estévanez), configurando manzanas rectangulares.

La escasa densidad demográfica explica la abundancia de huertas en los alrededores, haciendo innecesarios los espacios libres entre casas, de modo que sólo frente al castillo aparece la explanada de la Plaza de la Pila; y frente a la Iglesia de la Concepción, la irregular Plaza de la Iglesia, llamada inicialmente "Calle Grande". Delante de los conventos existían sendas plazas: las actuales de San Francisco e Isla de la Madera.

La trama urbana ofrece ejemplos de arquitectura tradicional concentrados en la calle Candelaria, Cruz Verde o en la Plaza de la Iglesia; alternándose con lenguajes clasicistas que se desarrollan a partir de la segunda mitad del XVIII y XIX (manifestaciones del clasicismo romántico, con ordenación de vanos en fachada, remate mediante parapetos) y los posteriores y variados ejemplos eclécticos, surgidos entre finales del XIX y principios del XX; circunstancias que justifican sobradamente la delimitación. El límite en el Barranco de Santos se fundamenta en su carácter de barrera orográfica de difícil franqueo, que le ha caracterizado históricamente, englobando únicamente el puente de El Cabo y el antiguo Hospital como hitos patrimoniales estrechamente vinculados al ámbito sujeto a protección.

El borde occidental se fija en la calle Valentín Sanz y en el Puente del General Serrador por constituir el límite urbano hasta principios del XVIII, antes del inicio del proceso expansivo de esta centuria, al tiempo que separa actualmente el ámbito con valores patrimoniales de un sector muy transformado por la urbanización reciente. Por último, la delimitación excluye por el N. y el E. manzanas que, originalmente, formaban parte del Santa Cruz del XVIII, pero que en la actualidad muestran una arquitectura reciente y en la mayoría de los casos anodina y sin excesiva calidad.

Ver anexos - página 20339

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